Comer mientras ves la tele puede provocar que comas más de lo normal. Otras actividades como conducir o mandar un sms mientras comes también pueden distraerte haciendo que comas más. Asegúrate de comer sentada sin distracciones, aunque estés sola.
De esta manera puedes saber cómo actuar. Si ves que engordas, sabes que tienes que reaccionar: menos comida o más ejercicio.
Empezar el día con una buena dosis de hidratos de carbono y proteína y un poquitín de grasas asegura que el nivel de azúcar en la sangre esté estable. Además no te vas a morir de hambre durante la mañana y de esta manera no te vas a pasar con el almuerzo.
Irte a la cama media hora antes y levantarte media hora más tarde de lo normal puede ayudarte a tomar mejores decisiones con la comida. Cuando has descansado bien no vas a comer por estrés o cansancio.
Hacer 5 minutos de flexiones y de abdominales te ayudará a aumentar y mantener la masa muscular. Mientras más músculo tengas, más alto vas a tener el metabolismo por lo que quemarás más calorías.
Picotear siempre ha estado visto como lo primero que hay que erradicar para perder peso. Pero los nutricionistas han descubierto que combatir el hambre tomando algo sano entre comidas es mucho mejor que aguantar todo el día y luego darte el atracón a comida basura.
Si tienes un antojo increíble de alguna comida, coge el móvil y llama a un amigo preguntándole por su día. Según estudios, los antojos sólo duran cinco minutos, así que cuándo acabes la conversación se te habrá olvidado completamente.
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